Por: Jocelyn Valladolid - Comunicadora social de la UNP.
Si vamos a hablar de Piura, me resultará interminable mi escrito, porque de solo pensar en esas 5 letras vienen a mí un sin número de sensaciones, emociones y recuerdos vividos en mi cálida ciudad. Piura es más que la ciudad del eterno calor, Piura para mi es más que sus añejas calles del casco urbano y sus ya descoloridas y a punto del colapso casonas, más que su caótica Sánchez Cerro y su desértica Torata, más que Máncora y sus veraniegas playas, más que sólo los fabulosos paisajes fuera de este mundo de nuestra sierra.
Piura es más que nuestro delicioso cebiche de caballa salpresa, es más que nuestro frito los domingos con su café pasado de Canchaque, más que su humeante seco de chavelo a la hora de almuerzo que departes con amigos de toda una vida, más que sus ricas tortas de canela y mazapanes de Las Lomas que comes en la hora del lonche, más que su mazamorra de calabaza a la cual coloquialmente se le llama zambumba.
Piura es más que el chucaque que sentimos cuando algo nos “ahueva”, es más que la rezada que te da la abuela para que se te vaya ese mal de ojo, más que la siesta de burro que solemos tomar después del almuerzo.
Piura es más que su cálida gente que te recibe en los terminales terrestres o que te devuelve la mirada con una sonrisa, más que la señito que te prepara tu cebichito fresco bien picante bajo la sombra de un algarrobo y te ofrece un poto de chicha bien helada para aplacar la sed, más que los ambulantes de nuestro mercado modelo.
Piura es para mí, mi hogar, aquel lugar donde puedo encontrar paz, el lugar donde de solo recordar los momentos inolvidables que he pasado aquí me llena de júbilo.
Piura es mi madre, Piura es mi padre, Piura es mi hermano, Piura son mis amigas y amigos, es mi profesora que siempre me decía que me haga la trenza y me ponga el lazo blanco en la escuela, Piura es lo más profundo de mi esencia, Piura es mi ADN.
Piura para mí es mi cómplice, mi amiga, mi amante, mi madre. Una compañera eterna que camina junto a mí en mi viaje llamado vida.
Piura es consejera y eterna ilusión, te enseña el dolor, el amor y la esperanza; te ayuda a conocer lo que es mejor para ti y para el mundo.
Dicen que el destino te pone siempre en el lugar correcto, a mí me puso en Piura y pienso que no pudo haber tomado una mejor decisión. Me destino a esta ciudad con las personas y en el momento correcto.
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