Por: Jocelyn Valladolid - Comunicadora social de la UNP.
Piura
es una ciudad la cual posee una gran variedad de recursos culturales, tanto
tangibles, como intangibles, que nos hacen sentirnos tan piuranos como nuestra
chicha de jora con su cevichito de caballa o como nuestro tan recordado Teatro
Municipal o como nuestro rico tondero. Pese a ello, los piuranos, especialmente
las autoridades aún no reconocen la real importancia que se le debe dar a toda
nuestra cultura.
Pensemos
un momento, ¿Qué sería de no nosotros los piuranos sin nuestra mazamorra de
zambumba, sin el “gua”, sin nuestro Señor Cautivo, sin el exquisito ceviche de
caballa con su clarito bien helado bajo un algarrobo, sin nuestras ruinas de
Aypate, sin nuestra artesanía chulucanense, sin la orfebrería de Catacaos, sin
nuestros grupos de danza, teatro, poesía, cine, sin la fría callejuela Torata y
su tenebrosa leyenda urbana, sin su manera tan peculiar de hablar cantando, sin
ese calorcito humano propio de nuestra región? Todo esto es parte de nuestra
cultura, parte de lo que nos define como piuranos, es aquello que nos da ese
sentimiento de pertenencia al saber que somos una región única.
Cada
cuatro años hemos sido testigos de cómo alcalde, tras alcalde, gobernador
regional, tras gobernador regional, han pasado por sus respectivos cargos, sin
hacer poquísima o nula gestión en cuanto a la cultura piurana, se evidencia
claramente un interés cero por preservar y prevalecer todos nuestros recursos
culturales que poseemos como región. Sin ir muy lejos de la ciudad, tenemos un
teatro municipal, que, gracias a la incapacidad de gestión de nuestros alcaldes
de turno, tiene años con sus puertas cerradas, años sin poder recibir a
distintos artistas deseosos de mostrar su talento.
Hemos
sido testigos de cómo Piura descuida su cultura, su patrimonio, y aunque a
muchos les cueste aceptarlo es cierto. Cuando un artista quiere exponer su
talento dentro de algún lugar público, este debe solicitar un permiso a la
municipalidad, un permiso que muchas veces es negado ya que, consideran que sus
actividades no son lo suficientemente “buenas” o que no cumple con sus
requisitos y expectativas para darle exposición.
Como
pobladores, como sociedad piurana, debemos también empezar a cambiar nuestro
chip, veamos a la cultura como parte de una necesidad importante. Valoremos el
arte en todas sus expresiones, porque del arte, nace la cultura; cultivemos esa
actitud de pertenencia sobre nuestros museos, monumentos, sobre nuestras
tradiciones y costumbres, pues es en ellas donde se encuentra nuestra identidad
como sociedad, nuestra identidad como piuranos.
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